
El autismo (o trastorno autista) es un trastorno cerebral que dificulta la
habilidad de una persona para comunicarse e interactuar con los demás.
Un niño nace con autismo o con la predisposición a desarrollarlo. Y
lamentablemente, hasta el día de hoy, no es algo que se pueda prevenir.
El autismo es el más común de un grupo de trastornos relacionados
denominados trastornos del espectro autista (o ASD, por sus siglas en inglés).
El segundo trastorno más común del espectro autista es el Síndrome de
Asperger, que también se describe brevemente en este folleto. Si bien en
ocasiones los trastornos del espectro autista se diagnostican por primera vez
en la edad adulta, por lo general estos trastornos se identifican y diagnostican
con más frecuencia durante la infancia. (Este folleto se refiere principalmente
al autismo infantil; sin embargo, los fundamentos generales son similares para
los adultos con autismo, y los recursos de la página 7 resultan útiles para los
pacientes adultos.)
La razón por la que estos trastornos se denominan trastornos del “espectro”
es porque afectan a las personas de manera diferente y en distintos grados.
Los síntomas y comportamientos pueden variar y pueden ser desde leves hasta
graves. Por esta razón, los planes de tratamiento son muy personalizados.
¿Cuáles son los síntomas del autismo?
Las personas con autismo tienen uno o más síntomas en cada una de estas áreas.
Aunque muchos de estos síntomas aparecen durante la niñez, es posible que las
señales de aviso de autismo se puedan observar en los bebés. Consulte “Diagnóstico:
cuanto antes, mejor”, que se encuentra en la siguiente página, para un recurso para
ayudarle a observar los signos de autismo en el bebé o niño pequeño.
DIFICULTADES CON LAS INTERACCIONES SOCIALES
Personas con autismo:
- No captan ni responden a las señales sociales como el contacto visual, las expresiones faciales o el lenguaje corporales.
- Tienen dificultad para hacer amigos y establecer relaciones en un grupo.
- Parecen estar distantes y preferir pasar el tiempo solos.
- No tienen interés en compartir con los demás sus ideas, las actividades recreativas o los logros alcanzados.
- Puede disgustarles dar o recibir un abrazo.
- No participan en juegos imaginativos o simbólicos.
DIFICULTAD PARA COMUNICARSE
Personas con autismo:
- Tienen retraso en el desarrollo del lenguaje.
- Tienen dificultad para comenzar o mantener una conversación. Hablan A (y no CON) los demás en conversaciones unilaterales.
- Pueden utilizar repetitivamente determinadas palabras o frases.
- Tienen dificultad para expresar sus necesidades, recurren a
- los gestos o la señalización en lugar de utilizar palabras.
- No reaccionan ante una señal oral (pueden comportarse como sordos).
PATRONES REPETITIVOS DE COMPORTAMIENTO, LOS INTERESES Y LAS ACTIVIDADES
Personas con autismo:
- Tienen una profunda preocupación por determinados temas.
- Pueden llegar a tener un apego inusual con determinados objetos.
- Insisten en los itinerarios, las rutinas y los rituales.
- Exhiben actividades o gestos poco usuales de manera continua (por ejemplo, girar objetos, mover las manos o los dedos sin sentido o balancearse).
- Pueden provocarse heridas (por ejemplo, morderse los brazos) o atacar físicamente a los demás.
- Son notablemente hiperactivos o hipoactivos.
- Pueden tener un desarrollo desigual de las destrezas motrices (por ejemplo, pueden apilar bloques, pero no pueden patear una pelota).
OTROS • Personas con autismo:
- Pueden ser extremadamente sensibles a sonidos, imágenes, sensaciones y olores. Por ejemplo, determinados olores pueden provocarles vómitos. Las luces brillantes o aún un abrazo pueden provocar que el niño se retire bruscamente.
- Pueden ser demasiado sensibles al dolor (o marcadamente insensibles).
- Demuestran muy poco o nada de miedo frente al peligro